Para descubrir: Civita, la ciudad que muere

Dejando de lado las grandes ciudades hoy te presento un pequeño destino exótico que se encuentra a poco más de 100 kilómetros de Roma. Se trata de Civita, una pequeña ciudad ubicada en la cima de un monte a la que solo se puede acceder por un delgado puente.

Catalogado como uno de los pueblos más bellos de Italia (pueden ver el cartel "Uno dei borghi piú belli d'Italia), Civita es una pequeña fracción de Bagnoregio, un pueblo ubicado a unos 130 kilómetros de Roma. Civita ya se ve desde lejos que no es un lugar como cualquier otro. Está ubicado en la cima de uno de los montes Calanchi y está rodeada por una vasto valle, casi como si fuera una isla en el medio de un paisaje montañoso (la siguiente fotografía con niebla no me deja mentir).

Es una ciudad fundada hace más de 2500 años por los etruscos, en lo que era un territorio no tan aislado. Sin embargo, la erosión del terreno donde se erige la ciudad fue haciendo que este singular sitio vaya quedando cada vez más solo. Es por eso que a Civita se la conoce como "la ciudad que muere". En 1965 se decidió construir el puente de cemento que es hoy la única forma de acceder a la ciudad y que solo se puede transitar a pie (aunque no es raro ver a algún habitante atravesando el puente con ciclomotores). Desde hace algunos años se están realizando trabajos en el terreno de Civita para que "la ciudad que muere" no se transforme en "la ciudad que murió".

Como lugares de interés (además de la ciudad misma), podemos encontrar en Civita la iglesia de San Donato, la casa natal de San Bonaventura y la puerta de Santa María donde podemos ver a dos leones que tienen entre sus garras una cabeza humana, un monumento que recuerda la revulete de los habitantes de Civita contra la familia orvietana de los Monaldeschi. Algunas celebridades italianas, como el realizador cinematográfico Giuseppe Tornatore, han comprado algunas de las pocas casas con las que cuenta esta particualr ciudad.

Si se la visita en época de festividades de fin de año es interesante ver el pesebre viviente que se monta en Civita. Visitarla no cuesta nada salvo raras excepciones en las que algún habitante local cobra apenas un euro si uno quiere aparcar el auto debajo del puente.

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