Primera memoria: Berlín, la ciudad del recuerdo por ausencia

http://uqbari.com/index.php/memorias-viajeras/87-primera-memorias-iespanol.htmlEstimados lectores de uQbari, me llamo Fabrizio Castro y soy el administrador del sitio. Hace tiempo vengo dándole vueltas en la cabeza a una idea y es la de publicar en la página, además de los habituales artículos con consejos para los viajes, una sección dedicada a anécdotas personales que haya vivido durante alguno de los viajes que son la fuente de la mayoría del contenido que aquí publico. No es mi intención hacer una especie de diario privado de mis viajes personales, sino más bien compartir con los lectores del sitio algunos sucesos de mis periplos por el mundo que pueden resultar graciosos, emotivos o, tal vez, hasta educativos. Sin mayor preámbulo, los dejo con la primera historia.

El año pasado tuve la posibilidad de pasar algunos días en Berlín. Lo que más me atraía de la ciudad, a priori, era la posibilidad de estar en lugares de gran importancia en la historia reciente de ese país y del mundo entero. Es decir: sitios que hayan sido sede de sucesos importantes durante la Segunda Guerra Mundial y durante los más de cuarenta años en que el país estuvo separado en dos.

Grande fue mi sorpresa al ver que esos atractivos ya no estaban y en su lugar había carteles que con leyendas como "Aquí estuvo (y el nombre del lugar importante en cuestión)". Por ejemplo, el lugar donde se encontraba el Bunker de Hitler es hoy un complejo de viviendas donde lo único que queda en relación a ese periodo histórico es un cartel con una vista en planta de lo que era el lugar como pueden ver en la imagen (sí, el de la cara con pocos amigos soy yo). No obstante según Wikipedia, aún podrían quedar algunos restos en ese lugar de lo que fuera otrora el llamado Führerbunker. Cito: "En mayo de 1995, el Parlamento regional de Berlín decidió clausurar el Führerbunker para construir nuevas viviendas,rechazando la propuesta del partido Alianza 90/Los Verdes que solicitaba la permanencia del lugar como monumento histórico, aunque es posible que las habitaciones de la última planta, la más profunda, continúen intactas aún protegidas por los 3 metros de hormigón del techo".

Sobre el muro (o lo que queda de él) la historia es diferente. Si uno va alguno de los puntos del perímetro que delimitaba el muro, probablemente no encuentro el muro. Mirando hacia abajo podrá ver el trazado que este delimitada gracias a una línea férrea con la inscripción "Berliner mauer 1961-1989". La verdad que al ver eso a uno le dan más ganas de ver el verdadero muro. Pero el verdadero muro aún se mantiene en pie... al menos parcialmente. En ciertas partes de la ciudad hay fragmentos del muro que separó a Berlín en dos durante casi 30 años. Pero verlo fragmentado, tan simple como el muro de cualquier edificio, contrasta un poco con la imagen de frontera peligrosa que uno se hizo estudiando la historia mundial más reciente.[flickr photo=4611956664 align=right] En reivindicación, muchos habitantes de Berlín se tomaron la libertad de llenar de grafitis los restos que aún quedan del muro e inclusive de hacer algunas cosas más creativas como el collage de chicles que encontré en uno de los fragmentos.

La última experiencia de estar en Berlín en un lugar donde había algo que ya no está la viví a pocos metros de la famosa Puerta de Brandenburgo. Allí se encuentra una especie de laberinto compuesto por piedras de base cuadrada cuyo suelo cuenta con un particular desnivel que hace que cuanto más nos adentremos en él, más abajo estemos, haciéndonos sentir cada vez más atrapados. Ese laberinto es el Denkmal für die ermordeten Juden Europas que traducido del alemán quiere decir "Monumento a los judíos asesinados en Europa" y es también conocido como el Monumento o Memorial del Holocausto. A nivel artístico podemos sacar muchas conclusiones: que las piedras parecen lápidas, que recorrerlo nos genera una sensación de opresión o que la ausencia de rasgos distintivos en cada roca simboliza a las millones de víctimas anónimas que fueron saldo del holocausto. Pero la sensación general que transmite este lugar es el de dejar constancia de la atrocidad de la que es capaz el ser humano y deja evidencia que cada una de esas 2711 rocas están en lugar de algo hoy ya no está más: millones de personas que murieron durante este periodo histórico.

Visitar Berlín es hacer un careo con el pasado reciente y constatar de que no en todas las partes del mundo los sucesos históricos quedan perpetrados en la posterioridad con estatuas de reyes, cuadros de generales victoriosos en batalla o grandes iglesias. Berlín da cuenta de que la ausencia también es testimonio de lo sucedido. Visitar esta ciudad puede producir la extraña sensación de recordar a través de lo que no está.

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