Comer barato en Madrid

En España la gente es de buen comer. Mariscos, arroces y jamón son parte de la base de la alimentación ibérica. Si estamos de paso por la capital española es probable que en los lugares más céntricos nos quieran cobrar un poco de más por algunos platos típicos, pero teniendo en cuenta los consejos que te dejo a continuación puedes llenarte el estómago sin dejar una fortuna a la hora de pagar la cuenta.

1. La cerveza siempre trae regalo. Desde hace tiempo (¡siglos!), existe una tradición que establece que en todos los bares sirvan una pequeña porción de comida cuando alguien pide una copa de alcohol. Por eso, no es de extrañarnos que si pedimos una cerveza (si la queremos tirada tenemos que pedir "una caña", que dicho sea de paso, es la más barata generalmente) siempre nos pongan un platito con algo para picar. Si estamos dando vueltas por ahí y queremos parar a comer un tentempié, es bueno tenerlo presente para no gastar en ambas cosas. No obstante, vale la pena destacar que algunos bares son más generosos que otros: algunos sirven una verdadera ración de comida, otros se limitan a un platito de papas fritas.

2. Menú para compartir. Al igual que en muchas otras ciudades del mundo, de lunes a viernes al mediodía los restaurantes son el refugio de miles y miles de trabajadores que tienen su propio menú. Estos menús son bastante abundantes y constan de una entrada, un primer plato, un postre o café y una bebida y generalmente cuestan alrededor de unos 10 o 12 euros. Reitero: son muy abundantes, con lo cual se pueden compartir entre dos personas tranquilamente (en algunos lugares cobran un extra por hacer esto, pero no en la mayoría). De ese modo podemos comer un buen plato de comida sentados en un restaurant por 5 o 6 euros.

3. Menú ahorro. Muchas cadenas de comida rápida nos sacan de apuros cuando queremos comer por poco dinero. El caso más paradigmático en Madrid es el de Burger King que por 3,30 ofrece un menú que lleva el descriptivo nombre de "Menú ahorro" y consta de una hamburguesa con queso o de pollo más unas papas fritas y una gaseosa pequeña por ese módico precio que es la mitad de lo que cuesta un menú común en el mismo local.

4. Recargo por terraza. Las terrazas de los bares madrileños (es decir, las mesas ubicadas en la parte exterior) son de lo más codiciadas por quienes frecuentan este tipo de lugares. Ese solo hecho hace que este lugar de cada bar cotice en bolsa: es muy común que los precios sean más caros por el solo hecho de sentarnos a consumir en las terrazas. Por eso, si estás con el presupuesto un tanto ajustado, piénsalo dos veces antes de sentarte en una terraza porque es probable que te cobren un plus en cada producto que consumas.

5. El museo del euro. El famoso Museo del jamón es el último aliado del viajero low cost para comer barato en Madrid. En las barras de estos lugares se ofrecen un montón de productos al módico precio de un euro, desde sandwichs de buen jamón crudo hasta cervezas (cañas). Puede que por 3 o 4 euros tengamos un almuerzo más que decente consumiendo un producto bien típico de este lugar.

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